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miércoles, 10 de diciembre de 2014

La Literatura en el Renacimiento

                                                    La Literatura en el Renacimiento 

                                                                         Cesia Galo


La literatura renacentista forma parte de un movimiento más general del Renacimiento que         experimenta la cultura occidental en los siglos XV y XVI, aunque sus primeras                  manifestaciones pueden ser observadas en la Italia de los siglos XIII y XIV.  
Se caracteriza por la recuperación humanista de la literatura clásica grecolatina y se difunde con gran pujanza gracias a la invención de la imprenta hacia1450.
La literatura Renacentista en Italia:

El dolce stil nuovo
El dolce stil nuovo ('dulce estilo nuevo') es un tipo de lírica amorosa culta que se desarrolla en Florencia en el siglo XIII. Sus representantes más destacados son Guido Guinizelli,Guido Cavalcanti y Cino da Pistoia.
Sus principales características son:
·         Sinceridad en la expresión de los sentimientos en la línea de la lírica humana, popular y profundamente religiosa de San Francisco de Asís.
·         Presencia de una naturaleza primaveral en armonía con el hombre retomando el tópico clásico del locus amenus.
·         Musicalidad, suavidad, elegancia y eufonía en la expresión formal.
·         Amor concebido como una experiencia trascendente, que pone en contacto al enamorado con la sabiduría, la felicidad y lo divino.
·         La mujer constituye una personificación del ideal neoplatónico. Es un ser angélico de naturaleza celestial concebido como donna angelicata.
·         Uso de la lengua vernácula de Florencia: el toscano o italiano.

Literatura Renacentista en Alemania

Alemania aportó al Renacimiento la tecnología que lo difundió rápidamente: la imprenta, inventada en el mismo año en que se considera que nació este movimiento espiritual, 1553, por Johannes Gutenberg. Este invento, junto con el del papel, abarató y multiplicó el número de los libros causando en toda Europa una cada vez mayor generalización de la lectura y la cultura, propiciando el nacimiento del sentido crítico que dio lugar a la Reforma protestante. Entre 1450 y 1600 se difundió en los países y principados del área germánica el Humanismo y surgió, como consecuencia del mismo, la Reforma protestante. Representantes conocidos fueron Erasmo de Rotterdam, activo en Basilea, y Johannes Reuchlin, aunque ambos escribieron la mayoría de sus obras en latín y tuvieron poca influencia fuera de los círculos de eruditos.         

 

Literatura Renacentista en Holanda

El siglo XVI está dominado en Holanda por la figura de Erasmo de Rotterdam y el humanismo latino. Y aunque el humanismo optó preferentemente por expresarse en latín, ya en el Renacimiento empieza a fraguarse una lengua literaria común a los diversos Países Bajos a partir de las primeras traducciones por parte de los protestantes de la Biblia; se trata de un neerlandés más homogéneo y menos dialectal que hasta entonces.
Este largo proceso empieza con la agitación de los protestantes contra el catolicismo a machamartillo que quiere imponer Felipe II. Los protestantes promueven varias traducciones al holandés del Psalterio, en lo que destaca Jan Utenhove, quien fue además el primero en traducir al holandés el Nuevo Testamento. Philips van Marnix escribe sátiras contra la iglesia católica. 

Literatura Renacentista en España

La introducción del renacimiento en España fue temprana. Aunque las influencias italianas ya se dejaron sentir en el siglo XV, especialmente en torno a la corte napolitana de Alfonso V de Aragón y el magisterio de Lucio Marineo Sículo, Antonio Beccadelli y Lorenzo Valla, no fue hasta el segundo cuarto del siglo XVI que Garcilaso de la Vega y Juan Boscán comienzan, a sugerencia de Andrea Navagero, a adoptar los metros y maneras de la poesía italiana. Inmediatamente comenzó a emerger una pléyade de poetas (entre los que cabe citar a Gutierre de Cetina, Diego Hurtado de Mendoza, posible autor del Lazarillo de Tormes (1554), o Hernando de Acuña) que emularon el camino que había tomado Garcilaso, el llamado «príncipe de los poetas españoles»

                                    Fragmento de la Novel Picaresca El Lazarillo de Tormes


Anónimo, Lazarillo de TormesYo, como estaba hecho al vino, moría por él yviendo que aquel remedio de la paja no me aprovechaba ni valía, acordé en el suelo del jarro hacerle una fuentecilla y agujero sutil, y delicadamente, con una muy delgada tortilla de cera, taparlo; y al tiempo de comer, fingiendo tener frío, entrábame entre las piernas del triste ciego, a calentarme en la pobrecilla lumbre que teníamos, y al calor de ella luego derretida la cera, por ser muy poca, comenzaba la fuentecilla a destilarme en la boca, la cual yo de tal manera ponía que maldita la gota se perdía.

 

Tarea

La Literatura en el Renacimiento
La literatura renacentista forma parte de un movimiento más general del Renacimiento que experimenta la cultura occidental en los siglos XV y XVI, aunque sus primeras manifestaciones pueden ser observadas en la Italia de los siglos XIII y XIV. Se caracteriza por la recuperación humanista de la literatura clásica grecolatina y se difunde con gran pujanza gracias a la invención de la imprenta hacia 1450. La novedad afecta tanto a los temas como a las formas. Entre los primeros cabe destacar el antropocentrismo, el interés por la naturaleza y la recuperación de la mitología clásica. La filosofía recupera las ideas platónicas y las pone al servicio del cristianismo. La búsqueda del placer sensorial y el espíritu crítico y racionalista completan el ideario de la época. En cuanto a los aspectos formales, se recupera la preceptiva clásica (cuya raíz está en la Poética de Aristóteles), basada en el principio artístico de la imitación. También se desarrollan nuevos géneros (como el ensayo) y modelos métricos (entre los que destaca el soneto como forma estrófica y el endecasílabo como tipo de verso). Los precedentes de Dante, Petrarca y Boccaccio dan lugar a un esplendor de la literatura renacentista en Italia en el siglo XVI. La figura directriz del gusto poético renacentista de ese siglo será Pietro Bembo, que escribió canciones petrarquistas y sonetos, pero sobre todo, se erigió en el árbitro de la literatura italiana de su tiempo, que fue el centro de irradiación internacional de este movimiento.

Fragmento de la novela picaresca
En este tiempo vino a posar al mesón un ciego, el cual, pareciendole que yo sería para adestrarle, me pidió a mi madre, y ella me encomendó a él, diciendole como era hijo de un buen hombre, el cual, por ensalzar la fe, habia muerto en la de los Gelves, y que ella confiaba en Dios no saldría peor hombre que mi padre y que lo rogaba me tratase bien y mirase por mi, pues era huerfano. Él respondió que así lo haría y me recibia no por mozo sino por hijo. Y así le comenzé a adestrar a mi nuevo y viejo amo. Como estuvimos en Salamnca algunos dias pareciendole a mi amo que no era la ganancia a su contento, determinó irse de allí; y cuando nos hubimos de partir; yo fui a ver a mi madre, y, ambos llorando, me dio su bendición y dijo:

-Hijo, ya se que no te veré más. Procura de ser bueno y Dios te guíe. Criado te he y con buen amo te he puesto; válete por ti.

Y así me fui para mi amo, que esperandome estaba.

Salimos de Salamanca, y, llegando a la puente, está a la entrada de ella un animal de piedra, que casi tiene forma de toro, y el ciego, mandome que llegase cerca del animal, y, alli puesto me dijo:

-Lázaro, llega al oido a este toro y oiras gran ruido dentro de él.

Yo simplemente llegué, creyendo ser así. Y como sintió que tenia la cabesa par de la piedra afirmó recio la mano y diome gran calabaza en el diablo del toro, que mas de tres dia me duro el dolor de la cornada, y dijome:

-Necio, aprende, que el mozo del ciego un punto ha de saber mas que el diablo.

Y rio mucho la burla.

Parecióme que en aquel instante desperté de la simpleza en que, como niño, dormido estaba. Dije entre mi: <<>>.

Comenzamos nuestro camino, y en unos pocos días me mostró jerigonza. Y, me viese de buen ingenio, holgábase mucho y decía:

-Yo oro ni plaa te lo puedo dar; mas avisos para vivirmuchos te mostraré.

Y fue así, que, después de Dios, este me dio la vida, y, siendo ciego me alumbró y adestró en la carrera de vivir.



Alumno: Enrique Castillo
Literatura del Renacimiento
El renacimiento nace en Italia llega a España en el siglo XV con el humanismo. Se desarrolla junto con el barroco.”Los siglos de oro”, por la brillantez de las artes.
Renacimiento: nace como aposición a la Edad media, surgen las primeras monarquías absolutas. Desarrollo de las ciudades, hay posibilidades de riqueza.
En 1492 se descubre América.
La cultura esta en manos de los nobles, que contratan mecenas pata que les subvencionen de alguna manera su labor.
LA MENTALIDAD RENACENTISTA
El cambio de periodo también se debe sobre todo en los intelectuales, que tiene la cultura.
Curiosidad por la naturaleza y por el ser humano. El cual se satisface a través de la razón, no aceptan la teoría de que Dios sea el centro del universo.
El hombre del renacimiento busca su felicidad gozando de los placeres que le ofrece la vida y sus sentidos, muy distinto a el ánimo del “Tempus Fugit” de la Edad media.
La cultura y la ciencia son también fuente de gozo. Fuente de inspiración y placer deseo de conocimiento.



Ejemplos del renacimiento de la literatura
Dante Alighieri y la Divina comedia de Italia,
Erasmo de Rotterdam, activo en Basilea, y Johannes Reuchlin en Alemania,
La novela picaresca (como el Lazarillo de Tormes),
Erasmo de Rotterdam y el humanismo latino de Holanda.
Las églogas, los sonetos, etcétera.

Fragmento de novela picaresca
El Lazarillo de Tormes
La forma autobiográfica, rasgo común de todas las novelas picarescas, es la primera nota que caracteriza el relato de ficción del Lazarillo. Lázaro nos relata la historia de su vida: Lázaro nace en Salamanca, cerca del río Tormes, en el seno de una familia pobre, y desde niño se ve obligado a servir a varios amos (ciego, clérigo, noble, fraile, buldero, pregonero). Lázaro terminará independizándose y, ya hombre casado, disfruta de una situación que él considera próspera
En este relato autobiográfico aparecen dos categorías temporales: un "ahora" que se explica a través de un "antes". Lázaro dirige su relato a una persona de rango superior ("Vuestra Merced"), a quien cuenta su "caso": las dudosas relaciones entre la mujer de Lázaro y el Arcipreste de Sant Salvador, cuya casa ella frecuenta. Este caso es el núcleo configurador en torno al cual se organiza la materia narrativa. La unidad estructural gira en torno a la convergencia de todo el pasado en el ser presente de Lázaro que cuenta su vida para justificar su "caso", un caso de honra. Lázaro no hace sino justificar una conducta moral muy particular aprendida de los labios de su madre: arrimarse a los "buenos", aquellos que le ayudan a sobrevivir.
Los sucesos fundamentales de su vida expresan el proceso educativo del protagonista, como una evolución pedagógica de perversión. Lázaro, hombre de vil origen, educado en la astucia y en el engaño por el ciego, busca una honra que le proporcione un provecho que, al fin, consigue, como nos relata en el "Tratado VII". En la novela hay dos planos narrativos: el del autor y el del protagonista; los dos planos se interfieren por medio de la ironía, aunque en dos sentidos diferentes: Lázaro cuenta su vida como si de un triunfo se tratase, mientras el autor cree todo lo contrario; Lázaro, desde su perspectiva, considera que ha llegado a buen puerto; para el autor, por el contrario, aquella situación es el colmo de la abyección.

En cuanto al estilo del Lazarillo, está escrito dentro del "estilo humilde", relacionado con la poética de los tres estilos (sublime, mediocre e ínfimo); el origen social de Lázaro exige al autor seguir las normas de la poética del estilo bajo. Cada estilo debía acomodarse a unos temas y a unos personajes para conseguir el "decoro", cualidad artística que consiste en hacer hablar a los personajes de acuerdo con su procedencia estamental. Por ello, el autor coloca al pícaro y al mundo que lo rodea dentro de una verosimilitud narrativa, en consonancia con su personalidad y el medio ambiente en el que vive. Esto se consigue intentando que la lengua sea un reflejo de este telón de fondo social; de ahí que abunden los vulgarismos y un estilo coloquial, con el que se intenta un acercamiento a la situación existencial del protagonista y de su medio ambiente.
Marielly Portillo
Literatura del Renacimiento
La literatura renacentista forma parte de un movimiento más general del Renacimiento que experimenta la cultura occidental en los siglos XV y XVI, aunque sus primeras manifestaciones pueden ser observadas en la Italia de los siglos XIII y XIV. Se caracteriza por la recuperación humanista de la literatura clásica grecolatina y se difunde con gran pujanza gracias a la invención de la imprenta hacia 1450.
La novedad afecta tanto a los temas como a las formas. Entre los primeros cabe destacar el antropocentrismo, el interés por la naturaleza y la recuperación de la mitología clásica. La filosofía recupera las ideas platónicas y las pone al servicio del cristianismo. La búsqueda del placer sensorial y el espíritu crítico y racionalista completan el ideario de la época. En cuanto a los aspectos formales, se recupera la preceptiva clásica (cuya raíz está en la Poética de Aristóteles), basada en el principio artístico de la imitación. También se desarrollan nuevos géneros (como el ensayo) y modelos métricos (entre los que destaca el soneto como forma estrófica y el endecasílabo como tipo de verso).
Los precedentes de Dante, Petrarca y Boccaccio dan lugar a un esplendor de la literatura renacentista en Italia en el siglo XVI. La figura directriz del gusto poético renacentista de ese siglo será Pietro Bembo, que escribió canciones petrarquistas y sonetos, pero sobre todo, se erigió en el árbitro de la literatura italiana de su tiempo, que fue el centro de irradiación internacional de este movimiento.


Ejemplos del renacimiento de la literatura
Poetas como Garcilaso de la Vega y Juan Boscán en España,
El teatro de Shakespeare en Inglaterra,
La novela picaresca (como el Lazarillo de Tormes),
La poesía religiosa como la de Fray Luis de León.
Las églogas, los sonetos, etcétera.

Fragmento de novela picaresca
CUENTA LÁZARO SU VIDA Y CUYO HIJO FUE
Pues sepa V. M. ante todas cosas que a mí llaman Lázaro de Tormes, hijo de Tomé González y de Antona Pérez, naturales de Tejares, aldea de Salamanca. Mi nascimiento fue dentro del río Tormes, por la cual causa tomé el sobrenombre, y fue desta manera. Mi padre, que Dios perdone, tenía cargo de proveer una molienda de una aceña que está ribera de aquel río, en la cual fue molinero más de quince años; y estando mi madre una noche en la aceña, preñada de mí, tomóle el parto y parióme allí; de manera que con verdad me puedo decir nacido en el río.
Pues siendo yo niño de ocho años, achacaron a mi padre ciertas sangrías mal hechas en los costales de los que allí a moler venían, por lo cual fue preso, y confesó, y no negó, y padesció persecución por justicia. Espero en Dios que está en la Gloria, pues el Evangelio los llama bienaventurados. En este tiempo se hizo cierta armada contra moros, entre los cuales fue mi padre, que a la sazón estaba desterrado por el desastre ya dicho, con cargo de acemilero de un caballero que allá fue; y con su señor, como leal criado, feneció su vida.
Mi viuda madre, como sin marido y sin abrigo se viese, determinó arrimarse a los buenos por ser uno dellos, y vínose a vivir a la ciudad, y alquiló una casilla, y metíase a guisar de comer a ciertos estudiantes, y lavaba la ropa a ciertos mozos de caballos del Comendador de la Magdalena; de manera que fue frecuentando las caballerizas. Ella y un hombre moreno, de aquellos que las bestias curaban*, vinieron en conocimiento. Este algunas veces se venía a nuestra casa, y se iba a la mañana; otras veces de día llegaba a la puerta, en achaque de comprar huevos, y entrábase en casa. Yo, al principio de su entrada, pesábame con él y habíale miedo, viendo el color y mal gesto que tenía; mas de que vi que con su venida mejoraba el comer, fuile queriendo bien, porque siempre traía pan, pedazos de carne, y en el invierno leños, a que nos calentábamos.
De manera que continuando la posada y conversación, mi madre vino a darme un negrito muy bonito, el cual yo brincaba y ayudaba a callentar. Y acuérdome que estando el negro de mi padrastro trebejando** con el mozuelo, como el niño vía a mi madre y a mí blancos, y a él no, huía dél con miedo para mi madre, y señalando con el dedo decía: "¡Madre, coco!" Respondió él riendo: "¡Hideputa!"

Yo, aunque bien mochacho, noté aquella palabra de mi hermanico, y dije entre mí: "¡Cuántos debe de haber en el mundo que huyen de otros porque no se ven a sí mismos!"

Trabajo de Jorge Brand